Alguna persona se preguntará: pero, ¿Cómo una flor te puede curar? ¿Se comen? O cientos de preguntas similares. Todo tiene su explicación así que, intentaré explicarme de la mejor manera posible o del modo en el que me lo explicaron a mí en su día.
Sabemos que las Flores de Bach es una terapia que se engloba dentro de las Terapias Naturales, Energéticas, Alternativas o Vibracionales, como las quieran llamar. Es una terapia energética y, como su nombre indica, algo tendrá que ver con la energía. Todo. Sabemos que somos energía, que absolutamente todo es energía y por lo tanto, las flores también lo son. El Dr. Bach estudió el comportamiento de ciertos pacientes al experimentar con sus preciadas flores. Vio cómo la vibración de cada flor en particular tenía un efecto diferente en cada paciente pero, tras muchos pacientes y pruebas, comprobó que el Ser Humano -aunque se crea único- está cortado con el mismo patrón y que a todos, cuando estamos mal, nos pasan cosas similares. Nuestro comportamiento o conducta se divide en ciertos grupos y las famosas Flores de Bach son capaces de hacernos cambiar esos patrones erróneos que tenemos.
No tenemos que comernos una flor ni nada por el estilo. Su vibración está en el contenido de 38 maravillosos frasquitos y será la mezcla de éstos la que usaremos para conseguir que nuestro paciente se sienta mucho mejor.
Al tomarnos unas cuantas gotas de dichas flores, del preparado en cuestión, logramos equilibrar la energía de nuestro cuerpo. Aquellas zonas que estaban mal, sin armonizar, poco a poco se irán “normalizando”. Cada vez que tomamos esas gotas, vamos “corrigiendo” nuestro problema, paliando nuestros hábitos nocivos.
Es decir, el terapeuta, tras una charla o entrevista, podrá tener una noción de qué nos ocurre o nos preocupa. A su vez, el paciente puede haber acudido para solucionar algún conflicto interno o dolencia o adicción. Podemos sanar dolores físicos (producidos a su vez por una causa que los generó y, por supuesto, curaremos y corregiremos esa causa, la raíz, para disolver el problema), podemos corregir pautas que nos incomodan, rasgos o maneras de comportarnos. Podemos vencer la impaciencia, la timidez o curar una depresión. Cada flor actúa en una parte de nuestro sistema energético y corrige ciertas pautas. Existe una clasificación general de siete grupos.
Utilizando las flores de un modo correcto, lograremos muy buenos resultados. Si soy una persona muy impaciente, me volveré más sosegada o si soy extremadamente tímida, venceré o sabré llevar de otro modo la timidez: no podré en un día subirme a un escenario y hablar ante una multitud pero, sí podré hablar en público sin pasar un rato horrible y sin olvidarme del texto a causa de los nervios. Todo conlleva su tiempo y, por supuesto, es vital la implicación de la persona, las ganas de cambiar y modificar sus malos hábitos. Seguir una terapia con Flores de Bach te ayudará a equilibrar tu sistema energético, a armonizar todo tu ser.