Reiki significa Energía Vital Universal. Haré una pequeña introducción sobre el tema. Todo lo que nos rodea y nosotros mismos somos energía, de ahí que Reiki sea una Terapia Energética, basada en el equilibrio de nuestra propia energía personal.
Los seres humanos somos energía y ésta está en continuo movimiento. Entra y sale de nuestro cuerpo por la coronilla y la planta de los pies. Pero al hacerlo sigue un recorrido, su propio “circuito”, a través de nuestro sistema energético. A lo largo de la columna vertebral se encuentran 7 puntos energéticos denominados “chakras”.
Lo perfecto sería que la energía fluyera libremente y sin problemas por todos estos núcleos o “vórtices energéticos” pero, no es así. A veces, nuestros pensamientos negativos, preocupaciones y problemas hacen que nuestra energía no funcione de un modo correcto. Lo hará más rápido, más lento o estará “bloqueda”. Esto es algo coloquial porque, si la energía se bloqueara de verdad, si dejara de fluir, nos llegaría la muerte.
Para “arreglar” todas estas situaciones que, de manera consciente e inconsciente crea el Ser Humano, existen las Terapias Energéticas, Naturales, Vibracionales... Todo es lo mismo: las dedicadas a la energía. También son denominadas Terapias Holísticas pues se ocupan del Ser Humano en su conjunto: cuerpo, mente, alma y espíritu.
¿Cómo transcurre una sesión básica de Reiki? El terapeuta, una persona iniciada por un Maestro de Reiki, tiene la capacidad de ser un canal energético, de transmitir a través de sus manos una energía sanadora. A lo largo de una sesión, el paciente, generalmente acostado en una camilla
-aunque podría estar sentado-, se relaja permitiendo que el terapeuta acerque o pose sus manos en los centros energéticos, en los chakras, tanto principales como secundarios. Al hacerlo, la mayoría de las veces, el paciente sentirá un calor que actuará en su sistema energético armonizando y equilibrando su cuerpo y no solo de una manera física sino afectando y curando la parte mental y emocional.
Reiki sana dolores físicos, disuelve conflictos internos, modifica hábitos erróneos, cura adicciones… Sus beneficios son múltiples. Recordemos que Reiki es un sistema de sanación. La única condición es que la persona quiera cambiar, esté dispuesta a mejorar su vida. Y, si no fuera el caso, también sería beneficioso: sería como recargar el móvil, es decir, como inyectar en el cuerpo una energía sanadora y revitalizante.
Reiki es sanación.