Hay personas que aún no pueden entender o realmente no tienen por qué hacerlo el envío de Reiki a distancia. Como reikistas, sabemos que no existe el concepto de tiempo-espacio en cuanto a energía se refiere y, además, somos muy conscientes y conocedores de que, en Reiki, es primordial la intención, es decir, que yo focalizo y concentro la intención de mandarle energía sanadora a cualquier ser viviente/lugar/situación y ésta llegará. Sabemos que podemos hacerlo a partir del segundo nivel de Reiki. ¿La razón? Es en el segundo nivel cuando aprendemos el símbolo de la distancia y nos inician en éste, así está estructurado (una vez que nos hemos “sanado” y experimentado esa sensación en nosotros y en los que nos rodean, y además estamos ya habituados a dar Reiki, lo hacemos con otras personas o situaciones que no están a nuestro alcance físico.
¿A quién puedo dar Reiki? A cualquier persona que me lo pida, a una mascota que sientas que lo necesita, a una planta que se está marchitando o incluso al salón de tu casa si sientes que está con energía densa, espesa.
Es decir, podemos dar Reiki a quien queramos, pero hemos de invertir un tiempo en ello, tan solo hay que “ponerse a ello”. Hoy en día, con toda la situación global que estamos viviendo, podemos dar Reiki de muchas maneras, desde dar Reiki a la vecina del quinto que tiene una enfermedad crónica y vive sola hasta dar Reiki para transmutar toda esta pandemia general.
Yo quiero explicar cómo funciona y qué queremos realmente hacer nosotros o cómo lo queremos enfocar para que luego cada cual dé Reiki como más le resuene. Voy a explicar un ejemplo muy simple para que se entienda cómo funciona. Reiki es amor y energía de alta vibración y siempre va a sanar, transmutar y liberar energías densas, -eso por descontado- pero no será lo mismo que yo dé Reiki a la ciudad de Nueva York o a la vecina del quinto. ¿Por qué? Porque si le doy una hora de Reiki a diario a la vecina del quinto casi puedo tener la certeza de que se va a encontrar muchísimo más aliviada porque todo el Reiki (pongamos una hora) va a ir íntegro a ella, focalizado en su enfermedad crónica o en reducir su angustia, por ejemplo, pero si doy Reiki a la ciudad de Nueva York… probablemente sea tan ínfima nuestra colaboración porque el Reiki iría a una ciudad de miles y miles de habitantes por lo tanto, se diluiría. Ahora bien, si diera Reiki a diario a una persona en concreto de dicha ciudad o mi vecina se trasladara a Nueva York, el efecto sería el mismo.
Por eso, ante grandes pandemias, muchas personas se unen a una misma hora un mismo día para hacer un envío masivo colectivo a una cuidad, una causa concreta, un hospital… y aunando la hora invertida de cientos o miles de personas que tienen la misma intención (para el bienestar de todos los implicados) entonces sí que podríamos tener fuerza pues mucha cantidad de energía sanadora de alta vibración llegaría a la par al mismo lugar o causa.
¿Se entiende? Es como decir que yo tengo una linterna de mano y entro con mi linterna a un cuarto trastero. Casi seguro que me apaño muy bien y me da luz suficiente para coger ese trasto que he ido a buscar, pero ¿en un bosque? no me serviría de nada. Necesitaría ir con mucha gente y muchas linternas para poder ver algo o bien que cañones gigantes y de gran potencia iluminaran una zona de un bosque o explanada.
Dicho esto, ¿cómo doy Reiki a una persona en concreto o a varias? Hay muchísimas maneras de dar Reiki pero en este caso voy a explicar 5 que considero que serán suficientes para dar Reiki a quien lo pueda necesitar.
Reiki a un papel:
En el método del papelito vamos a escribir el nombre de una persona con sus apellidos y lugar donde reside. Si sabemos la fecha de nacimiento, la escribimos también. Vamos a doblar el papelito y lo vamos a poner en nuestra mano no dominante.
Previamente, habremos abierto nuestra sesión de Reiki como lo hagamos generalmente (y trazando los símbolos en manos si estás acostumbrado a ello). Después, sobre ese papelito trazaremos el símbolo de la distancia y repetiremos 3 veces su mantra y diremos 3 veces el nombre de la persona a la que va dirigida la sesión o envío de Reiki.
En la mano no dominante estará el papelito y lo cubriremos con la mano dominante. Estaremos así el rato que consideremos (20/40 minutos sería suficiente). Al finalizar, levantaríamos la mano dominante y trazaríamos el símbolo de poder y repetiríamos 3 veces su mantra para sellar la sesión. Daríamos las gracias y daríamos por finalizada la sesión.
Si la persona nos lo ha pedido, tenemos su consentimiento y, además, podemos avisarla para que esté tumbada durante la sesión. La persona podría estar ingresada, inconsciente o ni siquiera saber que le vamos a dar Reiki. En ese caso, pediríamos permiso a su alma antes de comenzar la sesión. Si no sabemos nada de esa persona, pero nos ha pedido un favor una amiga porque es una compañera de trabajo, por ejemplo, sabemos que la referencia sería “X, la compañera de trabajo de mi amiga X que está ingresada en el hospital X de tal ciudad”. Es decir, si es personalizado, hemos de darle pistas al Universo para que así pueda llegar la energía a destino (lo normal e idóneo es tener el nombre completo de la persona).
Imaginemos que quiero dar Reiki a varias personas ingresadas o bien a mis abuelos y padres para que así lleven mejor estos días de confinamiento. Podemos escribir en un papelito en blanco el nombre de esas personas, doblarlo y hacer lo mismo que antes. Lo único que cambiaría es que esa cantidad de Reiki se repartiría ahora entre todos ellos. Podrías estar más rato para que les llegara más (1 hora, por ejemplo). En este caso, podrías pedir -si no tienes su consentimiento expreso-, permiso general a todas las personas escritas en el papel para darles Reiki sin ir una a una.
Reiki siempre es para bien y en situaciones complejas, es difícil que alguien que esté mal o angustiado o con ansiedad, te negara un poquito de Reiki.
Reiki a una foto:
Lo mismo que acabamos de hacer con el papel, lo podríamos hacer con una fotografía de una persona. En este caso, pondríamos entre las manos esa foto o pondríamos las dos manos sobre ella o incluso, si la foto la tenemos en el móvil o en el ordenador, acercaríamos las dos manos a la pantalla. Sabemos que lo importante es la intención.
¿Qué ocurre si en la foto está toda la familia? Lo mismo que cuando ponemos a muchas personas en un papel, que el envío de esa energía se repartiría entre las personas que estuvieran en esa imagen. Por supuesto, ahí no se puede precisar y obviamente el reparto no sería por igual, pero eso es algo que se nos escapa.
Reiki con un testigo:
En el caso de tener mayor conocimiento de Reiki o de que la persona tuviera algún órgano muy dañado o quisiéramos dar un Reiki más específico, en este método nosotros utilizaríamos algo, un objeto (un testigo), sea un cojín, almohada, muñeca o lo que fuera que en ese momento puntual representaría el cuerpo de esa persona para así poderle dar Reiki de una manera mucho más precisa.
La sesión aquí sería mucho más amplia y compleja pues actuaríamos como en una sesión presencial, haciendo todo el protocolo y todos los pasos (que ahora no voy a explicar).
Reiki de una manera holográfica o con el método de la reducción: aquí sucedería lo mismo, bien te podrías imaginar a la persona en pequeño, -entre tus manos- y darle Reiki de una manera general o incluso imaginártela en una camilla y darle Reiki del mismo modo que si lo estuvieras haciendo de una manera presencial, pero en 3-D, sintiendo que la persona está de manera holográfica delante tuya.
Todos estos métodos no solo sirven para dar Reiki a una persona. Hoy en día, podemos utilizarlos (estos y muchos más que existen) incluso para dar Reiki a un país o a un hospital. ¿Cómo? Por ejemplo, dando Reiki a la foto de un hospital de nuestra ciudad o con el método de la reducción poniendo el mapa de España o de tu ciudad o comunidad autónoma entre tus manos.
Éstas son algunas de las múltiples formas que tenemos de ayudar ahora mediante Reiki.