Estos días, nuestra misión especial, no solo de los “Trabajadores de la Luz” sino de todo el mundo es ayudar a la Tierra a elevar su vibración en este proceso de la Ascensión. ¿Cómo hacerlo si yo “no estoy en estos temas”, por ejemplo, podría decir alguien?
Si tú estás en este mundo y Todos somos Uno, tú, seas quien seas, eres igual de importante a todos los demás pues la suma de todos es el resultado de cómo está el planeta hoy y la situación que estamos viviendo.
Si eres terapeuta o Trabajador de la Luz... ni qué decir tiene que tendrías que estar 24/24 trabajando puesto que tendrás recursos suficientes para hacer/aplicar tus terapias a distancia. Muchas personas se creen que por no estar trabajando de manera presencial no se puede hacer nada. ¿No será al revés, que hay tanto que hacer ahora por el mundo que nos han “apartado” del trabajo para que ayudemos a sanar “espiritualmente” a la población como lo haría un médico de urgencias en el plano físico?
Pues lo mismo. Si sabes diez terapias, aplica a distancia aquella terapia más idónea para la situación que estamos viviendo. Muchas técnicas, -muchísimas- se pueden aplicar a distancia y sus resultados son igual de potentes o más que de manera presencial (no sólo Reiki, también Péndulo Hebreo, Sanación por Arquetipos, Sanación Kármica, Sanación Akáshica, Lectura de Registros Akáshicos, Energía Universal y un largo etcétera.
Si no eres terapeuta pero alguna vez en tu vida has realizado algún curso de espiritualidad… es el momento de poner en práctica tus conocimientos: con los que estás confinado, con tu núcleo familiar, amistades, compañeros … y por supuesto, en primer lugar, contigo mismo.
Y si me replicas que ni eres terapeuta, ni haces ningún tipo de actividad relativa a las terapias energéticas o alternativas ni conoces ninguna herramienta, entonces, te voy a dar recursos que no podrás rechazar.
Existen cien mil maneras de elevar tu vibración y, por ende, la del planeta entero, algunos recursos son:
Orar. Ponte a rezar, como sepas, creas, quieras o sientas. Los rezos y oraciones llegan a cualquier punto del planeta. Y sanan.
Recitar mantras. Enciende internet, busca un mantra que te resuene y ponte a ello durante horas.
Decretar o realizar Afirmaciones Positivas. Cada día, puedes realizar decretos y repetirlos en tandas de 7 veces cuantas veces quieras a lo largo del día (decretos potentes y contundentes en positivo) o también realizar para ti una Afirmación Positiva que repetirás durante 21 días, 3 veces al día (y cada vez, 21 repeticiones de la Afirmación Positiva).
Revocación de implantes. A lo largo de los años/vidas pasadas, las personas hemos realizado pactos que en otras vidas podrían habernos sido imprescindibles o de gran utilidad, pero que, en el aquí y ahora, nos impiden nuestra evolución. Como, además del plano físico en el que nos encontramos hay multitud de planos sutiles/universos paralelos, existen meditaciones (que se realizan 1 o 2 veces al día durante 21 días) que son potentísimas y nos liberan de esos implantes energéticos que ni siquiera somos conscientes de su existencia. Por ser meditaciones muy potentes, las recomiendo solo si estás “metido” en temas energéticos pues podría “remover” demasiado y no estar preparado para ello. Al liberarte de esos pactos/acuerdos invisibles y no muy luminosos, das pie la Tierra para su Ascensión pues te liberas de “peso”, de densidad. Busca en internet la visualización guiada que más se ajuste a ti.
Cortar lazos energéticos. Los lazos energéticos con ciertas personas que ya no forman parte de nuestro camino o vida diaria (aunque estén vivos), en multitud de ocasiones nos retienen y estancan en la vida, creando energía densa a nuestro alrededor y no permitiéndonos seguir avanzando en nuestro camino espiritual. Al cortar esos lazos tóxicos nos liberamos de una gran carga y nos permite a nivel individual elevar nuestra frecuencia vibratoria. Hay múltiples meditaciones guiadas en internet al respecto.
Ho´oponopono. Aunque no conozcas esta técnica ancestral hawaiana, busca en internet las palabras “claves” y repítelas durante horas como un mantra. Las más famosas -aunque hay muchas otras más adecuadas para la pandemia- son: gracias, lo siento, te amo, por favor, perdóname.
Visualización creativa. Imagina una pantalla mental con la situación ya sanada. Dale toda la realidad que puedas: color, forma, olor… pon la intención en visualizar esa situación completamente sanada y ya sabes que “creer es crear”. Crearás tu propia realidad (por ejemplo, si tú estás contagiada y hospitalizada, ahora te verías sana saliendo del hospital etc…).
Enviar luz/energía sanadora. Si focalizas un punto (zona geográfica, hospital, planta UCI, una persona intubada…) y durante muchos minutos o más de una hora diaria pones la intención en rodearla de luz blanca, esa persona, situación o lugar, irán sanando pues estás enviando luz blanca sanadora de alta vibración. Si por ejemplo sabes que en ese lugar (una UCI) puede haber mucha toxicidad y negatividad, manda una hora de luz azul a ese lugar para eliminar la negatividad y densidad. Si la luz es verde será para sanar esa enfermedad; si es rosa, por ejemplo, a una casa donde sabes que una persona de edad avanzada está sola y desamparada, la puedes rodear de luz rosa que es amor y le hará sentirse arropada.
Cada color tiene un significado, eso lo podemos estudiar en cromoterapia y en otras técnicas energéticas, pero yo me voy siempre a la espiritualidad y por ello, cada uno de los Siete Arcángeles de Dios está representado por un color, y cada uno tiene una función, de ahí los colores que antes he mencionado. El Arcángel San Miguel elimina la negatividad del mundo y da valor y coraje y su energía es de color azul intenso, el Arcángel Rafael es el Médico del Cielo, su color y energía para sanar es verde; el Arcángel Chamuel envía amor, su energía es de color rosa. El color blanco es el color sanador por excelencia.
Incluso a una persona que conozcas que esté enferma, puedes imaginártela de manera holográfica y “rellenarla de la energía de estos colores”. No le puedes hacer ningún daño, tan solo ayudar en su proceso de sanación. Y si estás sana, también lo puedes hacer en ti.
El “Aspirador de San Miguel”. Es una técnica mundialmente conocida que está escrita en varios libros y consiste en invocar al Arcángel Miguel para que introduzca en tu coronilla un “aspirador” que desde la cabeza hasta la punta de los dedos de los pies va a aspirar y llevarse toda tu energía densa, negativa que te hace enfermar. Ve visualizando cómo aspira todo lo “malo”, tóxico, denso, por cualquier recoveco de tu cuerpo. Cuando sientas que ya está todo limpio, ya en los pies, apaga el aspirador virtual (que habías puesto a mayor o menor fuerza o revolución) y pídele que rellene todos los huecos que ha vaciado con una pasta de luz blanca brillante sanadora para que ninguna otra energía densa se pueda “meter” en ese lugar. Lo puedes hacer para ti o para personas muy próximas como padres/hijos a distancia pidiendo permiso a su alma o diciéndole antes que lo vas a hacer y teniendo su permiso.
La Llama Violeta. La Llama Violeta es muy potente y te puedes rodear a ti mismo en unas llamas virtuales de color violeta (no queman, son frías) y pedir que transmute y transforme toda la negatividad en energía positiva. No sólo lo puedes hacer en ti, puedes envolver en Llama Violeta a tus padres, hermanos, amigos… o cualquier familiar.
Incluso puedes imaginar que tu habitación/casa se transforma y transmuta la negatividad con una llama violeta gigante. Por ejemplo, si estás en casa, contagiado y confinado, puedes imaginar que pintas/pasas esa energía violeta por todas las paredes, techo, suelo, ventanas, puerta… que la habitación entera está llena (como si fuera una piscina) de la Llama Violeta. Limpia mucho y purifica. Su potencia es muy grande.
La Llama Violeta la podemos hacer todos a la vez, por ejemplo, pensando en un hospital rodeado de Llama Violeta, en un país o el globo terráqueo.
Ruedas de energía. Si tienes amigos/familiares que les guste la espiritualidad, podéis hacer de manera virtual, bien a una hora concreta o por internet, una rueda de energía con la Llama Violeta. Allí, de manera virtual, todos os daréis en círculo la mano y crearéis un potente pilar de Llama Violeta en el centro de ese círculo y dentro, cada uno meterá a su familiar enfermo para que pueda sanar o a una persona en concreto que alguien pida. Este ejercicio funciona, bien de manera presencial como se podría hacer en una residencia o en un hospital o en una casa con los familiares que residan, bien a nivel virtual, a distancia con ruedas de energía donde participa mucha gente. A más participantes, mayor es la sanación. En una rueda de energía presencial, cada uno de los participantes se introducirá en el círculo formado por todos para sanar.
Estos son unos poquitos, -que hay miles- de los recursos que tenemos cada ciudadano, gratis, para elevar la frecuencia vibratoria del planeta así que, es cuestión de “trabajar horas” para los demás, que somos todos porque “Todos somos Uno” y si yo sano, sanamos todos. Hay que dejar de pensar en uno mismo porque ahora no es tiempo de ser un “ser individual” sino de pensar en colectivo para sanar.