Muchas veces realizamos cursos y talleres por hacer, para nada, para pasar el rato, por curiosidad, conocer gente o tener una mera intención de sanar que jamás llega a su fin.
¿Quieres sanarte? ¿Quieres aprender una técnica ancestral de sanación natural para utilizarla a diario si así lo deseas y sanar cada día?
¿Te gustaría saber cómo puedes sanar con Reiki?
Comencemos:
Reiki es un método de sanación natural donde el fin es liberar energía enquistada de nuestro cuerpo, nuestro sistema energético.
Todo lo que hablamos, decimos o pensamos en negativo, lo dañino, queda reflejado en nuestros cuerpos, no solo en el cuerpo físico en forma de malestar, dolores o enfermedad, también nos afecta emocionalmente, mentalmente…
Por lo tanto, cuando nos suceden cosas “desagradables” hay cierta energía que se queda retenida en una parte de tu cuerpo y, a no ser que nos trabajemos esa zona, ese susto, ese malestar que has vivido, éste se queda “encerrado” en tu cuerpo energético. A mayor carga emocional o mental, peor te sentirás en este plano, más mochila cargarás que no te corresponde o que habrás ido acumulando.
Por ello, lo que sucede cuando somos practicantes de esta técnica es que, a mayor tiempo dándote Reiki, más moverás tu propia energía enquistada, ya no solo una energía física, también esa energía enquistada que se habrá quedado “atascada” en algún lugar de tus otros cuerpos sutiles (tenemos nuestro cuerpo físico, pero también un cuerpo emocional donde residen las emociones mal direccionadas, o un cuerpo mental donde guardamos esos pensamientos dañinos que nos quitan el sueño…).
Entonces, a medida que te das Reiki, toda esa energía enquistada que está dentro de tu sistema energético comienza a moverse, a salir de allí, a liberarse de una manera natural y en ese momento se produce un bienestar físico, mental y emocional, porque viejos patrones, ideas o pensamientos obsoletos o dañinos han abandonado tu cuerpo. Se reduce tu carga, tu mochila se aligera. Es menor el peso sobre tus hombros.
Al darme Reiki, ¿qué sucede?
En un plano físico, si tuviéramos algún dolor puntual, generalmente desaparecería al darte una sesión de Reiki. Cuando ya hablamos de algo crónico, a medida que te dieras/recibieras Reiki, con el tiempo podrías reducirlo, apaciguarlo. Pero no sólo eso. Reiki, como ya sabemos, no solo actúa en el plano físico. También iría mucho más allá, más profundo: actuaría en la razón, en la causa o raíz del problema para tratarlo y sanarlo. ¿Qué me ha producido tal dolor? ¿De dónde viene? ¿Por qué lo tengo? Podrías identificarlo, entenderlo, aceptarlo y asimilarlo para poder terminar con ello, con ese supuesto problema o malestar.
A nivel emocional, sabemos que cualquier emoción que hayamos tenido o sentido y que no esté resuelta, que nos haga daño o nos moleste sigue anclada en nuestro cuerpo emocional, y no se irá hasta que seamos capaces de liberarla de nuestro sistema energético.
Si tus emociones están revueltas, sientes ira, frustración, odio, angustia, dolor, tristeza o un millón de emociones que no te gustan y que no las quieres en tu vida, a medida que te apliques Reiki en ciertas zonas de tu cuerpo, éstas se reducirán, aminorarán, se irán liberando para dejar tu cuerpo y sentirte más ligero.
A nivel mental, nuestro ruido mental suele ser muy alto: muchos pensamientos repetitivos, una “olla a presión” a punto de estallar en ciertas ocasiones… puedes acallar tu mente, reducir tus pensamientos. Y eso se consigue dándote Reiki, equilibrar y armonizar tu mente, tus pensamientos. Eso te dará paz mental, sentirás equilibrio y armonía y seguramente dormirás mejor, incluso como un niño.
Si te parecen pocos todos los beneficios de aprender Reiki y poderte dar Reiki siempre que lo necesites… te diré que con la primera iniciación de Reiki algo cambia en tu interior, te sientes más conectado: contigo, con el Cosmos, con todo ser viviente que te rodea. Tienes más intuición, percepción, entendimiento de todo lo que sucede a tu alrededor.
Le llamamos Despertar a ir recordando quién eres, para qué estás aquí viviendo esta experiencia humana. Eres un espíritu viviendo y experimentando una vida humana, sanando karma, equilibrando situaciones, arreglando cosas que quedaron sin hacer, sin atender… En este despertar espiritual comprendes que no estás solo, que estás aquí para algo, con tu propósito de vida, tu misión y así tu vida, tu punto de vista se hace más grande, se amplía: hay otro mundo además de tu rutina diaria, hay un bien común superior a tu vida actual. La espiritualidad te acerca a la comprensión de ideas más amplias, más vastas…
Así que, si aún te preguntas, ¿para qué voy a aprender Reiki si es un curso más…?... igual es tu curso, el que necesita tu alma para armonizar todo lo que te rodea y, por supuesto, a ti mismo a través del amor. No olvides una cosa: Reiki es Amor, es una energía de muy alta vibración que te proporciona sanación.
María Eugenia de Miguel. Maestra Diplomada de Reiki Usui Tibetano.
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