PAZ

PAZ

 

El poder de la palabra, el poder de la intención y el poder del amor…

 

Todo es vibración, en un mundo terrenal donde la dualidad impera en esta tercera dimensión es muy importante lo que decimos y cómo lo decimos. Pero también lo que decimos, pensamos, callamos y hacemos.

 

Todo, absolutamente todo genera una energía y ésta puede ser de muy diversa índole.

 

Si yo pienso en algo triste o drástico, me genera tristeza, compasión, impotencia o quizás odio, ira, frustración… y todo ello, aunque sea pensado una milésima de segundo, todo genera una respuesta del Universo.

 

Si pienso en amor, mi rostro sonríe, pero mi alma se nutre de amor.

 

Si pienso en algo bélico, surge el odio, la ira, los sentimientos más mezquinos que el ser humano pueda imaginar.

 

Y aquí estamos de nuevo en un escenario dantesco donde vemos, oímos y nos muestran un horror. Y no somos conscientes del poder de la mente y del pensamiento. Todo lo que sucede es energía, todo es creado por el hombre y de la misma manera que pensamos en horror, miedo y muchísimas otras palabras, ahí podemos transformarlo y transmutarlo con amor, vida, compasión, paz, equilibrio, armonía.

 

Y alguien pensará… ¿Esto es posible? Todo lo es.

 

Estamos en un plano 3D, venimos a enmendar nuestros errores y, parece ser que no lo conseguimos. Y por ello el Universo, cíclicamente genera epidemias, pandemias, enfermedades, conflictos y guerras. Pero los que vivimos en este plano 3D somos los responsables directos de todo ello y es nuestro deber hacer algo al respecto y transformarlo.

 

Y, ¿Cómo se puede transformar el odio? Pensando lo contrario y enviando toneladas de amor.

 

¿Y cómo paliar la tristeza? Pensando en alegría y, como esto, con todo. Estos días estoy leyendo textos bellísimos que te hacen reflexionar sobre todo lo que está viviendo el Planeta.

 

Si nos enfocamos en la muerte, el odio, la guerra... todo irá peor. Energéticamente se creará un “egrégor” que nos devorará, pero… si esto es una guerra energética (hablo en primera instancia de otros planos no físicos, -energéticos- que son parte de este mundo…) ¿Por qué no crear una corriente de amor donde todo lo que nos llegue y veamos y escuchemos, automáticamente lo “bañemos” o “envolvamos” de energía de colores y amor?

 

No me he vuelto loca y, por supuesto, las personas que nos encontramos inmersas en temas energéticos lo utilizamos en el día a día con resultados positivos.

 

Si quiero enviar “protección” a alguien (personas, ciudades, un país…) utiliza una esfera gigante negra que lo rodee o quizás de color azul intenso, el color del Arcángel San Miguel e incluso puedes pedir ayuda para que los proteja. Envuelve a personas en esa esfera azul intensa, mete a las ciudades o poblaciones dentro y enfócate durante un buen rato en eso, visualiza y manda esa energía azul a ese lugar. No es suficiente con un minuto… has de estar más.

 

Si quieres mandar “amor” a un conflicto, a la parte bélica, utiliza el color rosa claro o directamente piensa en ese lugar o situación y manda amor, color rosita y toneladas de amor para neutralizar el odio y ablandar corazones.

 

Todo es lo mismo, siempre hay dos caras de una misma moneda, una misma energía. Amor y odio son dos polaridades de una misma energía.

 

Por lo tanto, si ves o sientes odio en imágenes o en tu corazón... llénalo de color rosa.

 

También puedes mandar con la intención o visualización color dorado y blanco luminoso.

 

Si necesitamos transformar o transmutar la revolución en paz, envuelve en una Llama Violeta esa situación. No quema. Podemos envolver ambos territorios en una gigante Llama Violeta durante media hora al día. Y… funciona, sí. Pruébalo.

 

Pensemos que todo es energía, todo es cíclico y “Todos somos Uno” y si venimos a este barrio (la vida) una y otra vez es porque nos queda mucho por aprender, sanar y transmutar.

 

Todo lo que ocurre en el mundo es nuestro reflejo, somos nosotros mismos en espejo, en una pantalla mundial (que son los televisores) mostrándonos nuestro odio, ira, sufrimiento interior.

 

Nadie más que nosotros, nada más que el amor es capaz de transformar el odio en amor y la guerra en paz.

 

Aunque a nivel físico podamos ayudar con ropa, dinero, comida, un hogar o lo que esté en nuestra mano, a nivel energético podemos hacer mucho más:

 

Orar, pedir la PAZ mundial.

 

Mandar energía Reiki a la situación, al lugar.

 

Mandar energía de colores de sanación: verde para los heridos, rosa para crear amor, blanco para limpiar y sanar, azul intenso y negro para proteger y violeta para transformar lo “negativo” en “positivo” y transmutar todo ello.

 

Cancelar palabras que decimos por unas nuevas palabras “positivas” que las reemplacen.

 

Pero además de la intención y focalización de todo ello -pues creer es crear y creamos toda nuestra realidad-, también creamos con lo que decimos, callamos, pensamos y con lo que hablamos, como he dicho al comenzar.

 

Así que, a partir de ahora, hablemos de amor, paz, resolución, armonía, transmutación, crecimiento. Hay que lograr la paz interna para que se muestre en el exterior. Y siempre elevar la vibración. Porque si al final todos estamos inmersos en el caos… todavía hay solución. Cada día, mandar toneladas de pensamientos de paz, amor y transformación.

 

Es una prueba mundial, pero, por supuesto, personal pues “Todos somos Uno” y el mundo es la suma de todos.

 

Y terminaré con las palabras más potentes de Ho’oponopono, técnica que me apasiona y da paz y sosiego. Si no te ves capaz de realizar ninguna acción de las anteriormente citadas, repite como si fuera un mantra: “Gracias, Te Amo, Lo Siento, Por Favor, perdóname.”

 

Y aunque no lo comprendas, el poder energético de tales palabras es tan grande que la transformación interior hará el resto.

 

Ésta es mi opinión, una más. Nada más. Que nadie se ofenda… PAZ.